Si aún no has decidido el destino de tus vacaciones de verano, déjanos hacerte una sugerencia: un Safari por Kenia. Puede que alguna vez se te haya pasado por la cabeza pero que nunca te hayas decidido a dar el paso. Si crees que ahora es tu momento, tendrás que empezar por decidir qué tipo de safari quieres, saber cómo contratarlo y ser consciente de qué aspectos no puedes pasar por alto a la hora de programar el viaje.
Es importante tener claras tus expectativas y analizar con detenimiento lo que nos ofrece cada destino. No será lo mismo viajar con amigos que hacerlo en familia o en pareja. En los grupos puede haber diversidad de gustos y preferencias. Por eso, existe la posibilidad de incluir gran diversidad de experiencias y actividades en el planning. Se puede contratar por ejemplo un combinado de safari y playa. Podemos añadir además actividades de senderismo, entrar en contacto con algunas tribus o vivir grandes experiencias gastronómicas.
Para ver animales en Kenia habrá que visitar los territorios de Samburu, Nakuru, Masai Mara y Amboseli. En Tanzania, los mejores destinos son Tarangire, Lago Manyara, Serengeti y Ngorongoro.
Un safari por Kenia, una experiencia única
A la hora de programar este tipo de viajes es importante tener claro qué tipo de viaje queremos disfrutar. Las personas más aventureras pueden elegir como destino Sudáfrica o Namibia. En los parques nacionales encontraremos carreteras en perfecto estado y muy bien señalizadas. En este tipo de safaris es importante contar con un guía. Entre otras cosas, porque en algunas ocasiones va a ser complicado encontrar alojamiento si no vamos con una persona que conozca el terreno.
Muchas personas prefieren ir con todo organizado y acuden a empresas especializadas para viajar hasta Uganda, Kenya, Tanzania, Botswana, Namibia o Sudáfrica. Para disfrutar del paisaje de la sabana africana tendremos que elegir zonas de Kenya y Tanzania. En cambio, el paisaje será diferente en el cono sur de África (Sudáfrica, Namibia y Botswana). Ahí encontraremos un hábitat boscoso.
Otro aspecto a valorar es la ubicación de los alojamientos. Sobre todo en Kenya y Tanzania ya que, en estos países, muchos están fuera de los parques o reservas. En el caso de Botswana, sólo están en el corazón de los parques nacionales o las reservas privadas.
Contemplar especies asombrosas
Uno de los alicientes de hacer un safari es estar en contacto con la naturaleza salvaje. En muchas ocasiones, se da la oportunidad a los viajeros de rastrear huellas de animales para ir descubriendo leones, jirafas o cebras. Otras veces son los guías los que van avisando por radio de los diferentes avistamientos. Seguramente los animales que se nos vienen a la cabeza son el león, el rinoceronte, el leopardo, el elefante y el búfalo. No obstante, un safari nos brindará la oportunidad de contemplar muchas más especies. No solo mamíferos sino también aves preciosas. De hecho, un safari es una idea genial para los aficionados a la fotografía. Kenia y Tanzania son los países donde el safari fotográfico adquirió la fama y demanda de la que hoy disfruta.
Kenia alberga una gran cantidad de alojamientos y lugares de acampada muy bien acondicionados. En Tanzania podremos disfrutar del cráter del Ngorongoro o subir al Kilimanjaro. En Uganda, Ruanda o Congo podremos ver gorilas en las montañas. Si lo que buscas es estar en el Delta del Okavango, tendrás que ir a Botswana.
Por último, ¿cuál es el mejor momento del año para hacer un safari? Ten en cuenta que la época seca, en la que hay menos vegetación, te ayudará a ver mejor a los animales. En Kenia y Tanzania es en los meses de junio, julio y agosto. Además, a partir de julio comienza la gran migración de animales por el Río Mara, un auténtico espectáculo de la naturaleza.