La palabra procrastinar ha saltado a la palestra hace relativamente poco tiempo, convirtiéndose en un concepto de moda que sirve para denominar un fenómeno que ha existido toda la vida: el de posponer eternamente la realización de ciertas tareas y responsabilidades importantes que no queremos abordar cuando debemos.
Además, hoy en día, las redes sociales se han convertido en el paraíso perfecto de la procrastinación como en su día lo fue la televisión. ¿Te suena lo que te estamos contando? Si es así, es porque también la practicas con más o menos frecuencia, algo que seguro te habrá llevado a enfadarte contigo mismo/a por dejarlo todo para última hora, lo que implica enfrentarte a tus obligaciones tarde, mal y nunca.
Sin embargo, aunque la procrastinación parece propio de personas perezosas, vagas, desorganizadas o pasotas, podría tener mucho que ver con los problemas de autoestima como te vamos a contar a continuación en este artículo.
¿Qué tiene que ver la procrastinación con la autoestima?
Como decíamos, más allá de lo perezosas o desastrosas que puedan parecer las personas que tienden a procrastinar de manera enfermiza, en muchas ocasiones, detrás de esta conducta se halla un problema relacionado con la falta de autoestima. Porque una cosa es vivir con cierto grado de procrastinación normal y entendible (al fin y al cabo, es lógico que nos den pereza ciertas tareas que tendemos a posponer) y otra que se convierta en algo habitual hasta el punto de descuidar tus responsabilidades cotidianas.
De hecho, existe dos rasgos propios de las personas con bajo amor propio que podrían estar muy relacionados con esa tendencia a no enfrentarse a responsabilidades y tareas, algo que descubren esas personas cuando deciden ir al psicólogo.
1.- La falta de autoestima potencia el miedo al fracaso, lo que retrasa abordar una tarea:
El exceso de perfeccionismo es un rasgo muy común entre las personas que sufren un problema de autoestima. precisamente, su baja autoestima les hace sentir la necesidad de que todo a su alrededor sea perfecto.
Y ¿qué pasa cuando alguien patológicamente perfeccionista tiene que enfrentarse a realizar una tarea importante? Pues que al imponerse unos estándares de perfección tan elevados, la autopresión que le supone afrontar sus obligaciones hace que opte por aplazarlas todo lo posible.
2.- La falta de autoestima potencia el autosabotaje que se ejerce procrastinando:
Las personas que tienen un problema de autoestima tienden a autosabotearse utilizando diferentes vías. De hecho, todos tenemos nuestro propio método de «autosabotaje». Algunos comen en exceso, otros consumen droga o alcohol y otros posponen sus obligaciones. Porque, ¿qué pasa cuándo se retrasan eternamente tareas que deberían ser realizadas?
Pues que, aunque una persona esté aplazando sus responsabilidades por hacer otras tareas que le apetecen más o le dan menos pereza, en el fondo se estará machando interiormente por no hacer lo que debería estar haciendo. De esta forma, se echa más presión, estrés y ansiedad encima por no cumplir con sus obligaciones, lo que le lleva a criticarse, juzgarse y castigarse más psicológicamente. Se siente mal y no hace nada por remediarlo, al revés, lo más probable es que al día siguiente repita esta conducta que le hace sentirse así. En resumen, estamos ante una forma de autosabotaje en toda regla.
¿La procrastinación se ha instalado en tu vida? ¿Se deja notar en tu día a día? Pues más allá de ponerte normas que eviten este problema, deberías profundizar más en los motivos que te llevan a ello. Como habrás comprobado, una forma de hacerlo es acudiendo a los mejores psicólogos en Oviedo. Quizás ahí descubras el verdadero motivo que te lleva a no enfrentarte a tus responsabilidades para poder abordarlo desde la profesionalidad y experiencia.