Quizá seas una de esas personas que necesita que todas las perchas de su armario estén mirando en la misma dirección y, cuando no es así, siente la imperiosa necesidad de girar aquellas que rompen el orden de su guardarropa y de su mente. Tranquilo/a, no debes preocuparte porque probablemente seas ordenado en exceso pero no padeces un Trastorno Obsesivo Compulsivo, uno de los trastornos psicológicos más comunes entre la población.
Aunque mucho se habla de este tipo de trastorno, conocidos por sus siglas TOC, es importante saber cuándo estamos sufriendo uno, de ahí que en este artículo hayamos decidido explicarte sus principales características para que puedas identificarlo y ponerte en manos de profesionales que te ayuden a tratarlo.
¿Cuándo podemos hablar de un TOC?
Los Trastornos Obsesivos Compulsivos pertenecen a los llamados Trastornos de la Ansiedad y son diagnosticados a aproximadamente un 3 % de la población.
Aunque es difícil determinar en términos científicos qué los causan y a qué edad tienden a manifestarse, todo parece indicar que estos trastornos se muestran de manera activa antes de los 20 años y, en ocasiones, pueden ganar en intensidad a medida que la persona que los sufre cumple años.
La Asociación Psiquiátrica Americana describe estos trastornos como la “presencia de pensamientos, impulsos, imágenes o comportamientos recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusos o inapropiados y que llegan a causar ansiedad o malestar significativo”.
Aunque los criterios que más peso adquieren en la definición de estas obsesiones y compulsiones es que estas provoquen:
- Un malestar clínico importante para la persona que lo padece.
- Una pérdida de tiempo, de al menos más de 1 hora al día.
- Una interferencia marcada en la vida diaria, tanto a nivel laboral como personal.
No existen patrones de frecuencia real de un TOC ya que cada paciente lo desarrolla de forma diferente.
¿Cuáles son las causas de estos trastornos?
De la misma forma, es difícil establecer las causas de estos trastornos, aunque todo apunta a que puede tratarse de una combinación de varias como la herencia genética, la existencia de un acontecimiento que actúa como desencadenante (enfermedad, divorcio, fallecimiento de un ser querido…), la educación recibida en la infancia o la convivencia con personas que ya lo padecían.
Por otro lado, también es importante destacar que las personas que sufren este tipo de problema suelen presentar alteraciones a nivel del lóbulo frontal del cerebro, lo que les puede causar dificultades a la hora de procesar información o de segregar sustancias como la serotonina, implicada en las causas de este trastorno. De hecho, está demostrado que existen una serie de problemas cognitivos que suelen venir asociados a la presencia de un TOC.
¿Qué problemas cognitivos aparecen asociados a un TOC?
La relación entre ciertos problemas cognitivos y los Trastornos Obsesivos Compulsivos parece evidente ya que se ha comprobado que un alto porcentaje de pacientes que sufren este problema experimentan dificultades en la memoria proactiva, la toma de decisiones o la capacidad para resolver problemas sencillos con rapidez.
El perfeccionismo, la responsabilidad desmedida y la intolerancia hacia comportamientos contrarios a los suyos, completarían este cuadro de deficiencias psicológicas y cognitivas relacionadas con los TOC.
¿Qué hacer en estos casos?
Desde este espacio, recomendamos acudir a terapias de orientación cognitivo conductual para abordar estos problemas. Se trata de realizar un análisis funcional que permita determinar las características del Trastorno Obsesivo Compulsivo TOC que sufre un paciente, hacer que se exponga a esa obsesión y enseñarle a prevenir la respuesta que suele tener, es decir, la compulsión.
Estas terapias son de gran ayuda, como también lo son para otros trastornos psicológicos. Ansiedad, depresión o problemas de pareja encuentran una solución asistiendo a este tipo de sesiones.