Afortunadamente, hace tiempo que la actividad educativa no se limita a las aulas. Las visitas organizadas a diferentes lugares de interés relacionados con las materias que están estudiando los alumnos aportan importantes beneficios desde todos los puntos de vista. Es el caso de los museos, que tienen un gran valor educativo.
Es cierto que visitar museos como actividad escolar no es ninguna novedad. Desde hace décadas, colegios e institutos organizan salidas en los que el alumnado acude a conocer el contenido de estos espacios, ya se trate de museos de artes o ciencias.
En la actualidad, cada día son más las instituciones educativas que programan este tipo de visitas de la misma forma que cada día son más los museos que cuentan con actividades especialmente pensadas para los escolares.
Estas visitan deben verse siempre como un complemento que ayuda a los alumnos a comprender mejor ciertas materias y les aportan un punto de vista diferentes, además de resultar emocionantes por lo que implica salir de la rutina de las aulas.
A continuación te contamos algunos beneficios de integrar las visitas a los museos en las actividades escolares de niños y adolescentes.
¿Por qué son positivas las visitas a los museos?
1.- Lo que se aprende en los museos se recuerda mejor
Según un artículo publicado por la Universidad de Murcia, programar visitas a museos fomenta un aprendizaje distinto que proporciona una mejor asimilación de los conocimientos. Al fin y al cabo, cuando los alumnos visitan un museo aprenden a través de lo que ven, lo que les explican, lo que observan y lo que manipulan.
Son experiencias propias, vividas de manera directa y esto ayuda a que todo cale mejor y se asiente en su cabeza de una manera distinta a como lo hacen muchas materias que solo son estudiadas a través de los libros.
Es algo parecido a lo que ocurre con los ejercicios prácticos que siempre aportan algo que no consigue la teoría aunque esta sea totalmente necesaria.
2.- Despiertan la curiosidad de los alumnos y fomentan su cohesión social
Además, no podemos olvidar que las visitas a los museos fomentas la identidad cultural. Estos espacios son un importante medio para que niños y jóvenes observen de forma directa el patrimonio y la historia que les rodea y se despierte en ellos una curiosidad que quizás no hubiera surgido en las aulas.
En definitiva, las visitas a los museos son una manera de que los alumnos conozcan aspectos de su pasado, algo que favorece también a la cohesión social.
3.- Cuentan con el poder del storytelling, un recurso infalible
A todos nos gustan las historias y más cuando eres un niño. Las visitas guiadas que los museos preparan a los niños son auténticas historias que les enganchan y les hace mantener una atención que en ocasiones se pierde en las aulas.
El storytelling es un recurso infalible, por algo se utiliza cada día más en el sector de la publicidad y el marketing. Y eso es lo que ocurre en los museos: se prepara una historia adaptada al público joven para que puedan entender y contextualizar lo que están viendo. La mejor forma de recordarlo para siempre.
4.- La emoción de salir del aula con sus amigos
Cuando a los niños les comunicas una visita a un museo se emocionan. Seguro que algunos lo hacen simplemente porque lo ven como una manera de “pirar” pero en términos generales , las actividades que rompen sus rutinas son bien recibidas.
Es importante que los niños se relacionen con sus compañeros en otros contextos y compartan juntos experiencias que les enriquezcan y les ayuden a comprender mejor y a preciar la belleza del mundo que les rodea.
Pero estas actividades no serían posibles sin el apoyo de muchas instituciones públicas y empresas privadas que respaldan y apoyan la Fundación Amigos del Museo del Prado.